Así que eres autónomo, uno de esos seres místicos que viven por y para el trabajo, son capaces de hacer mil cosas a la vez y tienen una ambición de hierro. Seguro que estás acostumbrado a que todo el mundo te diga cuánto envidian tu situación.
Pero lo que ellos no saben es que, en la vida de un emprendedor, no todo es perfecto: las tareas del hogar se acumulan, nunca coincides con tus amigos y ya no distingues el trabajo de todo lo demás.
Te entendemos, lo hemos vivido. Y, como queremos que tu calidad de vida (y trabajo) sea lo mejor posible, aquí te dejamos 7 claves para saber si necesitas centrarte y empezar a trabajar en un coworking:
1.Te cuesta despertarte por la mañana.
No hay nada mejor para activarse por la mañana que salir a la calle y sentir el movimiento que te rodea. Esa es una de las ventajas de tener un lugar al que ir: el camino también se disfruta. Además, tomarse el primer café de la mañana hablando con compañeros ayuda a que tu cerebro también se despierte.
2. Te despistas con facilidad.
Cada vez que te sientas a trabajar recuerdas que tienes una lavadora sin tender, que llevas dos semanas sin llamar a tu madre o que a todas las plantas de la terraza les vendría bien algo de agua… Uy, y esa mosca, cómo habrá entrado aquí? Crees que las moscas tienen sentimientos? Sabrán lo que es el amor?
Pues eso: coworking.
3. Necesitas opiniones externas.
No es que dudes de tus decisiones, porque eres una persona preparada y con unos objetivos perfectamente definidos. Pero, admitámoslo, nunca está de más una segunda o tercera opinión. Y el frutero, la panadera, y los repartidores te van a dar la opinión que les permita escapar lo antes posible.
Las personas que trabajan en coworking suelen estar abiertas a opinar y dar consejos o aportar ideas. Son emprendedores con tanta pasión por sus proyectos como tú tienes por el tuyo, así que te ayudarán.
4. Las colaboraciones son lo tuyo… pero estás sin blanca.
Te encantaría contratar servicios que mejorarían significativamente tu marca, pero tienes muchos gastos y no te llegan los recursos.
Uno de los principios fundamentales de los coworkings es la colaboración.
5. Los impuestos se te hacen bola.
Esta es, sin duda, la peor parte de trabajar por cuenta propia. El papeleo, las esperas eternas en Hacienda y estar pendiente de plazos para presentar impuestos son parte de la vida diaria de un autónomo.
Muchos espacios, como Madwork, cuentan con servicio de gestoría, liberándote de esa carga por completo. Para que te puedas dedicar a lo que se te da mejor.
6. Estás mejor acompañado.
Vale, que no necesitas a nadie para ser feliz, tú eres una naranja completa, un lobo solitario. Pero, pasarte la semana metido en casa en completa soledad acaba afectando, psicológica, emocional e intelectualmente. Y eso, a la larga, se nota en tu trabajo.
En un coworking puedes estar solo o acompañado según te apetezca. Así evitas volverte loco.
7. No sabes cuándo parar.
Cuando te centras en una tarea el tiempo vuela y, lo que parecen 15 minutos han sido 4 horas. Pero eso no quiere decir que tengas que seguir trabajando sin fin hasta que lo termines TODO. También hay que comer, ducharse, domir y, por supuesto, relacionarse con otras personas.
Trabajando en coworking, es inevitable que te marques unos horarios razonables para que el trabajo no ocupe todo tu tiempo.
¿Te has sentido identificado? Pues ponte en contacto con nosotros y te ayudaremos.
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